CAMBIANDO IDEAS, CAMBIANDO MUNDOS

“Cambia tus ideas y cambiarás tu mundo”
NORMAN VINCENT PEALE

¿Qué tan ciertas percibes estas palabras en ti? ¿Siendo adultos, cuántas veces hemos caminado por la vida siguiendo las normas que nos han impuesto desde pequeños? ¿O seguimos pensando que “lo que dicen o decían mis padres es ley”? ¿Qué tan flexibles o rígidos somos con nuestro sistema de creencias? ¿Estamos abiertos a las posibilidades?

En una ocasión, llegó a mi consulta una señora de 48 años (la llamaré Rebeca*) con una enfermedad de artritis (inflamación aguda y crónica de las articulaciones que produce dolor, incluso estando en reposo) desde hacía 4 años. Después de visitar varios médicos, tomar una gran cantidad de medicamentos, entre ellos cortisona y seguir con dolores muy fuertes, quiso comenzar un tratamiento de terapias alterativas. Específicamente me buscó para ayudarla a encontrar el origen emocional de la enfermedad que estaba sufriendo, ella había escuchado de la Biodescodificación y quería intentarlo.  No entendía porque le había dado esta enfermedad siendo tan joven, profesionista y además haciendo ejercicio con bastante frecuencia.

Durante la terapia, fui indagando y encontré que Rebeca tenía un conflicto no resulto. Hacía 4 años que habían cambiado al jefe de departamento al que ella pertenecía (el área de ventas) este era demasiado exigente y con una personalidad un tanto agresiva. La forma en que hablaba e instruía a su equipo era con palabras hostiles. Según su pensar, si hacia eso, serían unos vendedores que alcanzarían las metas que les asignaban, porque los incitaba a no dejarse llevar por sus emociones y no darse por vencidos. Esto le parecía demasiado agresivo y grosero a Rebeca, pero trataba de no tomarlo personal y continuar con su trabajo, pues era para lo que se había especializado y debía continuar. Durante estos 4 años, ha escuchado insultos generalizados para ella y los de su equipo. Si alguno de sus compañeros o ella no alcanzaban las metas de ventas del mes, escuchaba un “No sirves para nada”. Con tal cantidad de insultos, Rebeca, se fue desvalorizando, pensando: “No soy lo suficientemente buena en lo que hago” “Quizá el jefe tenga razón y soy culpable de no alcanzar mis metas y de que los clientes decidan no comprar” “Nunca voy a ascender de puesto por más que me esfuerce”. Indagando un poco más, fuimos al momento semilla; cuando Rebeca era una pequeña de 8 años, recordó perfecto una situación con su padre. Él le pidió que trajera unas cosas del armario, y cuando la niña iba de regreso a entregárselas, se tropezó y cayó y algunas de las cosas se rompieron, ahí escuchó un “No sirves para nada”.

Rebeca comenzó llorar y cayó en cuenta que llevaba no solo 4 años sintiéndose menos, criticándose a ella misma, sintiendo que no era lo suficientemente buena en las cosas que hacía. Se dio cuenta de que había tenido esta información durante toda su vida, y que ahora su cuerpo estaba reaccionando a esta información y que por eso había enfermado. Ahora siendo consciente de esto, tomaba la decisión de poner atención a sus pensamientos y cambiarlos si fuera necesario, se juró que se recuperaría a ella misma.

Con este caso quiero que te des cuenta del poder de tus pensamientos. Aquello que pensamos consciente o inconscientemente se convierte en nuestra realidad. Ahora tú tienes el poder de cambiar aquello que no está funcionando en tu vida. Todos los días, a cada instante, tenemos el poder de elegir.

Un abrazo con el alma,
Mujer de Luna

*Cuando comparta casos que han sido motivo de mi consulta o consejería, cambiaré algunos datos de mis consultantes como sus nombres, edades, lugares de residencia y no entraré en detalles de sus historias. Esto por respeto a su identidad y privacidad.