Antes de nacer, ante la “Junta Kármica” y en presencia también de nuestro “Clan de Almas” (nombre que asigno al conjunto de almas que han sido parte de nuestra familia, parejas, amigos y enemigos. Todas aquellas almas que nos ayudan a nuestra evolución, que han sido nuestros maestros desde que existimos como almas). Hacemos “pactos o compromisos” de las lecciones que queremos trabajar, aprender y trascender en la próxima encarnación. Acordamos la relación que tendremos, el aspecto que queremos trascender y el cómo lo vamos a aprender.
Ejemplo: <En esta vida seremos hermanos, pero seremos rivales. Ambos vamos a trabajar el amor incondicional. Existirán sentimientos de rechazo, envidia, celos, competencia por el amor de nuestros padres, nos lastimaremos uno al otro, no con golpes físicos, sino acciones hirientes, nos desearemos fracaso, problemas de salud, familiares y financieros. Conviviremos de forma esporádica, pero seremos hipócritas, fingiendo que tenemos una buena relación ante los ojos de los demás>
Al momento de morir, pasamos por un proceso de Revisión de nuestra vida. Nuestros Maestros Ascendidos, Ángeles guardianes y Seres de Luz (Junta Kármica) están presentes. Esta revisión, no es en ningún aspecto un juicio final, ni nada parecido. Con todo el Amor Incondicional y Compasión, éstos seres nos ayudan a revisar las acciones y las consecuencias de los actos que hicimos en “esta encarnación que acaba de terminar”. Ésta revisión, es precisamente para darnos cuenta de cuáles lecciones cumplimos y cuáles quedaron pendientes.
En la vida, tenemos relaciones familiares, de pareja, de amigos que son hermosas. Personas con las cuales nos sentimos en plena confianza, nos sentimos seguros estando con ellos, personas que son nuestros incondicionales, que nos enseñan lo que es el amor de una forma muy fácil.
¿Pero qué pasa con aquellas relaciones en las que existen emociones negativas? ¿Relaciones de pareja que tormentosas es poco para describirlas? ¿Aquellos por los que sentimos odio y coraje? ¿Aquellos que nos han lastimado durante toda nuestra vida? ¿Aquel padre o madre que abusa de su hijo? ¿Aquellos hermanos que se odian a muerte?
Bueno, pues resulta que también son nuestros más grandes maestros. En otro momento de nuestra evolución como almas, en otra encarnación, quedamos en deuda con ellos. Es por eso, que antes de nacer, ambos acordamos que ahora saldaríamos esa deuda. Ambos nos ayudamos. Quedaremos libre del karma, si hemos aprendido la lección y logramos transcenderla. Casi todas, si no es que me atrevería a decir todas, de éstas relaciones, lo que nos vienen a enseñar es el Amor Incondicional.
Aquello que vemos en el otro, no es más que una proyección de lo que somos nosotros mismos. Es información divina de lo que somos en nuestro interior.
Un abrazo con el alma,
Mujer de Luna