UN ABRAZO DE LUZ

Fue tan confuso despertar un día y recibir información por todas partes de que un virus se estaba propagando por todo el mundo. China en alerta máxima por ser el lugar de origen de este virus. Un virus, con las mismas características y síntomas de la gripe, pero con efectos mortales. Rápidamente fue declarado pandemia y el mundo entró en cuarentena.

Una noche te fuiste a dormir y al día siguiente despiertas y ya nada es igual. Pánico, incertidumbre, ansiedad, desconcierto, inestabilidad emocional, pérdida de empleo, crisis económica, sentimientos de soledad, aislamiento y muerte.

Estas líneas las quiero dedicar a todas aquellas personas que han perdido la vida en estos días desde que estamos en cuarentena. Muchas por causas ajenas a COVID-19 y muchas otras víctimas de éste. Y sobre todo a sus seres queridos. En especial a nuestros amigos y a mi familia, a aquellos que lograron recuperarse y a quienes cumplieron con su misión en esta Tierra.

Me invade una tristeza profunda saber que una persona exhale su último aliento estando completamente aislado, sin sus seres queridos a su alrededor, en cuartos fríos de hospital y conectados a respiradores y monitores. Que no se lleven a cabo funerales y los que, si se realizan, considero no cumplen su propósito. Sólo permiten un número determinado de personas y con 2mt. De distancia entre sí.

La pérdida de un ser querido es de las pérdidas más fuertes y difíciles a las cuales se enfrenta un ser humano. En donde las palabras, no son suficientes para aliviar el dolor tan fuerte que se siente, porque es el alma, la que nos duele. En la que las muestras de afecto, los abrazos, la cercanía y compañía de aquellos que queremos, son un bálsamo para el dolor.

Si hoy estás leyendo éstas líneas, y alguien cercano a ti, ya no está. Recuerda que el amor es la herramienta más poderosa que tenemos. Honremos la vida de nuestro ser querido, llenándonos de todo lo bello que compartimos juntos, de sus enseñanzas, de sus sonrisas, de todos los buenos momentos, de su cariño y de su existencia. En algún momento, nos volveremos a encontrar, recuerda que la muerte es una transición. No es un adiós, sino, un hasta pronto.

Mucha luz para ellos y para ti, en tu corazón.

Un abrazo con el alma,
Mujer de Luna

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